Duramos toda una tarde pintando, unos con mas y otros con menos éxito, pero todos metiendo mano en esa gran espiral de film de 16 mm.

Yo en particular, de manera muy tímida dadas mis escasas habilidades con el dibujo, me arriesgué a hacer algunos garabatos, a poner letras sobre letra y en el mejor de los casos a intervenir alguna pintada de otro pero el hecho es que de toda esa obra colectiva de intervención visual quedó un resultado final bastante interesante sobre todo al ver como rodaba la película con la banda sonora grabada in situ, la mezcla entre pinturas y dibujos hechos por nosotros y escenas del film original y la manera de proyectar al estilo de cualquier proyección de los lejanos Hermanos Lumiere rodando de manera (casi) sincrónica video y musicalización ubicados cada uno en un dispositivo distinto.

7 minutos de pura experimentación, ¿ven algo además de locos rayones? ¿qué ven? ¿qué leen? ¿que escuchan?

Publicado originalmente en Proyecto 365 – Día 39

El proyector de cine, en este caso de 16 mm, es uno de esos aparatos a los que normalmente no tenemos acceso por estar siempre tras bambalinas.

Ayer estuve en un taller de Cine experimental que se llama Cucinema (cocina y cinema) -del que saldrán varios videos- y ahí vi como Manuel y Lincoln se las ingeniaron para armar este antiguo proyector de cine de 16 mm de procedencia soviética con el cual se iba a proyectar el resultado final de la intervención al film que hicimos todos los participantes.

Publicado originalmente en Proyecto 365 – Día 37